10/7/09

zoete Slikken

Volaba con la suavidad de una hoja cuando llega el otoño y abandona su árbol descendiendo hacia el suelo, pero no lo rozaba jamas. Trinaba con la dulzura y dedicación que una madre le canta una na na a su hijo recién nacido. Por eso le llamaban dulce golondrina.

Pero al llegar el otoño, parte de ella se caía al mismo tiempo que las hojas de los árboles. -¿Por qué tendré otra vez que irme con todas al mismo sitio?- Se preguntaba la pequeña. Mientras veía que había más direcciones y le entraba la curiosidad por saber como sería el lugar que había al final de esa otra dirección.

Un día, cuando llegaban a su destino en el viaje de rutina a tierras más cálidas, sin saberlo lo cambio todo para siempre.-¿Que habrá más allá?- Se preguntó Slikken, pero esta vez no se conformo con preguntárselo y siguió volando....