4/1/12

El breve idilio.

Es ella, donde acudo, si puedo; a compartir buenos ratos con buena gente, a quitarme las penas, a incrementar mis alegrías, a buscar mis migas de pan o encontrar a Polaris ( todos sabemos que las migas de pan se las comieron los pájaros)
Todo sabe mucho mejor arriba; las risas, suenan más a risa; las personas, somos más personas; la cerveza, sabe más a cerveza; los libros, se hacen más grandes y te mecen mejor entre sus hojas.
Son tantos lo buenos momentos que me resulta imposible acordarme de uno, sin que me venga en bucle otro. Se que eso lo hago mucho hablando, pero me perdería si lo intentara hacer al escribir, de hecho creo que al hacerlo hablando también me pierdo.
Ruta a Francia sin documentación, mañana en la terraza con un té y un libro, comidas conjunta donde se comparten mucho más que dos huevos y un chusco de pan, tardes tranquilas donde unos se ponen guapos y guapas, mientras otros se preocupan más de ponerse guazas o descansar, noches de borrachera. 
Cuando parto, siempre siento que me dejo algo. Esta vez, ha sido un cuchillo lo que se me ha olvidado, lo otro, es simplemente el sonido de la montaña repitiendo, como cada vez que me alejo, no te olvides de nuestro breve idilio.