2/3/14

Médico a palos.




Dentro.
"¿Se me verá desde fuera? ¿Entro ya? Uf, que no se den cuenta de que estoy escondida. Ahora cuando se metan en la sala esos dos, entro y me voy al proyector. Una, dos y adelante. Ya no puedo retroceder. ¡Por favor, que no me reconozcan! Ahí llega Helena, me mira mucho, ¿se ha dado cuenta? No digas nada, no pongas esa cara, no me delates. ¡Uf! Lo ha entendido. Bien, ahora, subo las escaleras, despacio. Tengo que sentirlo y dejar de racionalizarlo."
Esos pensamientos y alguno más se atropellaban antes de entrar en el teatro. Lucha interna, entre mis propósitos y mis inseguridades que jugaban con mis miedos.
Fue una maravilla poco a poco, dejar de usar la zona pre Fontal para empezar a jugar con mi personaje, seguir con mis compañeros de reparto y terminar con parte de los de clase, que cuando me vieron se sentaron a mi lado.
Ver nacer, crecer y al final salir al "bebe" que es un poco de todos. Preguntarme en todo momento qué puedo hacer para lograr hacerlo bien y al final, la duda, incluso después de oír que sí. Al final el gusto agradable,  resultado de mezclar el sabor de la adrenalina, el calor agradecido de los compañeros y el público.
Fuera.
Sganarelle es un leñador, borracho y maltratador,  que ha estado algún tiempo sirviendo a un médico, de este aprende algunos rudimentos y alguna palabra de latín. Martina está harta de sus palos y decide vengarse.
Llegan Valerio y Lucas, andan buscando un médico para curar a la hija de Geronte, Lucinda, y se encuentran con Martina, que les engaña creando el conflicto.
Una versión distinta de "el Médico a Palos," siempre hay otra perspectiva, que derrumba la cuarta pared. Caracterizando a los personajes por medio de los animales y metiendo a parte de los actores entre el público.
La música forma parte y acompaña la historia. Desde canciones recientes como "What the fox said" pasando por música brasileña, Julio Iglesias o Raphael.
Las luces cálidas, naranjas y marrones y frías azules. 
Solo me queda dar las gracias a todos, un placer trabajar con y para vosotros.




¿Mejor sin? (Reflexiones de una madre arrepentida a ratos)


Muchos son los motivos para ver a ver esta obra y a estas actrices que, a lo largo de la obra, estando de espaldas las unas respecto a las otras, realizan acciones y conversaciones sincronizadas, demostrando un manejo del escenario y con unas herramientas que ya quisieran muchos y muchas.
Pere Sagristà-Ollé dirige este texto de Corinne Maier, y Sinsetatas, que son Rosa Lasierra, Nuria Herreros y Marisa Nolla, interpretan, producen y distribuyen ¿Mejor sin? (Reflexiones de una madre arrepentida a ratos)¿Qué pasaría si reconocieses que te confundiste, que eso de ser madre no es para ti? ¿Tener un hijo siempre es un motivo de alegría? ¿No tenerlo es un acto egoísta? ¿Se vive a través del hijo por comodidad?
Traer una vida es una gran responsabilidad que te cambia la tuya. Hay que darle todo lo que necesita, y ahí pueden terminar tus necesidades. Pero, la sonrisa de un niño es tan bonita, con ese balbuceo, claro que a cambio pierdes otras cosas, como la intimidad, el ocio cambia y el cuerpo también y claro se juega en otra liga.
¿Mejor sin? Es una comedia ácida, con diálogos ingeniosos llenos de dobleces, que te hace mantener una sonrisa permanente, con golpes de risa. El ritmo es rápido y al terminar te deja con ganas de un poco más y de repetir.
Una puesta en escena limpia, que te lleva de la mano para meterte de lleno en la propuesta y disfrutarla.