Cuando las cosas no son lo que parecen...una sonrisa puede esconder detrás un puñal oxidado. Las cosas no son siempre lo que parecen, y en los pequeños detalles que se muestran en algunos momentos se pueden ver si las sonrisas son sinceras.
Cuenta la historia, que un día caperucita descubrió que sus príncipes no eran tan azules...y desteñían como todo lo que les rodeaba. También se dio cuenta que el bosque además de no oler tan mal como la ciudad, tenía habitantes realmente extraños...algunos que no esconden la mirada, y que no se ponen pieles encima...por que llevan la suya propia. Decidida como no lo había estado en mucho tiempo, cogió su pañuelo rojo y se perdió entre los árboles. Ahora tiene su casa encima de un árbol baja a la ciudad a por algunos alimentos y cuando puede a tomar café.
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