Sigue en el asfalto

Pero déjame, déjame que camine por el césped. Cálzate, si te hace feliz, esos zapatos que te parecen lo más hermoso del mundo. Pero entiende que lo que yo quiero, lo que deseo es sentir la humedad hierba haciéndome cosquillas, de vez en cuando, notar la dureza de algún guijarro, lo suave de la arena y lo irregular y molesto de las rocas. Sigue caminando por la acera, a mi no me molesta, pero respeta que elija seguir campo a través.

Entre tanto

Llevos días, abriendo y cerrando el baúl. Quitándole capas de barniz y pensando. Pensando, en tantas cosas y que se pueden resumir tan facilemente que me lo niego. Tanta duda, tanto miedo disfrazado de valentía, tanta torpeza emocional y social, que razón tenías Marta, me van a acabar asfisiando. Si por lo menos, me pudiese contestar alguna pregunta. Entre tanto, con cuidado, voy quitando capas de barniz. Mientras, abro el baúl y registro, sin atreverme a tirar nada. Más indecisión. Aquí, de nuevo, el grito que quiere salir de mi pecho y se me queda agarrado en la garganta quemándome, abrasándome.

Mientras los barnices.

He habierto el baúl, y he registrado el interior. Tenía la sana intención de tirar todo lo que no uso, todo lo que se me ha quedado pequeño. No me he atrevido.
Me he preparado una lija y algo de disolvente. He comenzado a quitar capas, pero...al final, nada. Apenas he conseguido quitar un poco de barniz.

Lo que hay en medio.

Desde que lo pienso, hasta que lo digo. Hay un sendero, por el que se van perdiendo las palabras, sin llegar a desaparecer del todo. Quedandose estancadas, como charcos enbarrados con moho. Ahí se quedan, soltando de vez en cuando su aroma natural y recordandome que de nuevo he dejado charcos.
Entre lo que hago y me gustaría, hay una duda y un miedo. Una dentellada que no se ve, pero se siente. Una falta de mi misma y una recriminación hacía dentro.
De donde estoy a donde me veo en mis sueños, hay: acciones o decisiones que no tomé, otras que no lo hice por mi misma, si no pensando en lo que se esperaba que hiciera y alguna de la que delegue, mientras me metia en mi caparazón.
De lo que siento a lo que manifiesto, hay una pequeña duda adornada con alguna puntilla de reproche, una gran ilusión bordada con hilos de esperanza y piedras de cariño, un camino por delante, atado con los cordones del trabajo, la esperanza y el cariño.

Tal día como hoy

Justamente aquí y desde hace un rato, estoy recordando. Recordando, que hace días que me preguntó y no me contestó. Miro el reflejo que me devuelve cualquier espejo, no consigo ver la mitad de lo que me has dicho ver. Me miro a los ojos, sin miedo y la mirada que me devuelve está llena de pánico. Cierro los ojos, y pienso ¿Para qué? Escribo lineas, que acabarán como borrador. Hoy, después de un día revolucionado, quizá lo qué más necesitaba, era lo que sólo yo podre darme y no sé muy bien como. Por que dentro de mi pequeña soledad, hay un rincón entre confortable y molesto.