Este castigo
ya asumido,
es retroceder
mientras avanzo.
Las distintas
similitudes,
siguen negando
las evidencias.
Sigo queriendo
tejer con hilo
liquido
chaquetas
de dudas
que abriguen
a mis penas.
Pero deshago,
sin llegar a tejer,
telarañas
sin insectos,
jerséis
de cuello alto,
sin cuerpo,
sin cuello.
Encerrada,
intento recoger
silencios musicales,
para ver si el ruido,
que en silencio
taladra
con algodón,
empieza a cantar.
De momento
aquí
me quedo,
caotizando
el desorden.
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