9/2/17

El vecino misterioso.

Siempre he pensado que mi vecino era un tipo clásico, tirando a rancio. Últimamente, estoy pensando que no es normal. Nadie en el bloque sabe su nombre. Nunca ha tenido una visita. Tanto secretismo me pone de los nervios.
Hay veces que me puedo pegar una semana sin verlo, creo que más. Esta tarde su vecina del rellano y yo nos hemos dado cuenta de no sabemos como suena su voz.
Siempre lleva el mismo pantalón gris marengo. No, no es que tenga dos o tres pantalones iguales. A no ser que tenga en todos una mancha de legía igual y en el mismo sitio. La camisa lo mismo, rosa, con una mancha de mostaza. Por esto se podría pensar que es un guarro, pero es curioso porque en vez de oler mal, lo hace bastante bien.
Me desconcierta tanto hermetismo. Hay quien piensa que es un agente secreto, otros que es un terrorista, que está reuniendo información.  He negado ambas teorías. Precisamente ese tipo de gente no hacen esas cosas. Suelen tener un trato cercano y cordial, además de tener trabajos muy normales. Los chiquillos del edificio dicen que es un vampiro, por eso nunca sale a la luz del día. Es cierto, nunca sale de día, pero no creo que sea un vampiro, más bien algo trasnochador. Eso sí muy sigiloso. No hace ruido ni al entrar ni al salir, es raro porque todos estos portones antiguos chirrían. Además cada uno hace un ruido distinto y característico.
Hoy iba decidida. Repasaba mentalmente la conversación que tenía preparada, voy a llamar a la puerta y le voy a decir: Sé que llevas mucho tiempo en el edificio, que esto lo teníamos que haber hecho antes, pero más vale tarde que nunca. Voy a invitar a café a los vecinos más majos y me preguntaba si te apetecería pasarte y así nos conoces.
He llamado, pero no ha salido nadie. Poco después ha llegado una viejita encantadora. Lo más extraño, ha sido cuando le he preguntado por el mozo que vivía allí. Me ha asegurado que no había nadie. Que el piso llevaba más de cinco años cerrado a cal y canto.
-        Desde que se murió mi pobre sobrino. No se ría, por favor. Se atragantó. Toda la vida hincha del Zaragoza, siempre sufriendo sus derrotas. Pobre, se emocionó tanto por cuando gano aquella copa, que se atragantó con el perrito caliente que se estaba comiendo.

Entonces abrió la puerta. Salió de sus bisagras un chirrido que no había escuchado nunca. La puerta al abrirse barrió el polvo del suelo, dejando una marca en el suelo. ¿ Es cierto? ¿Realmente no se había abierto nunca la puerta?

No hay comentarios: