De repente...escondo la mano con la piedra todavía en ella. No se si quiera tirarla. No se si me atrevo. Me meto la mano de nuevo en el bolsillo y otra vez más me doy media vuelta.
Era de esperar, la gente inteligente no tira piedras contra su propio tejado. No debemos olvidar que hay que tratar a la gente como quisieramos que nos trataran a nosotros. Hay veces que debemos herirnos para no herir, y hay que ser valiente para hacerlo, porque no es más valiente el que delata sino el que calla.
5 comentarios:
¿?...tirar piedras?...eso me parece rememorar cosas antiguas y retroceder en el tiempo...mejor sigue mirando las estrellas.
No te preocupes, las estrellas no dejo de mirarlas. Sobre todo cuando puedo hacerlo desde la montaña. Besos
Era de esperar, la gente inteligente no tira piedras contra su propio tejado. No debemos olvidar que hay que tratar a la gente como quisieramos que nos trataran a nosotros. Hay veces que debemos herirnos para no herir, y hay que ser valiente para hacerlo, porque no es más valiente el que delata sino el que calla.
Un abrazo.
Sonia.
Pues sí sonia. Un abrazo
No se si acabarás o no tirando la piedra, pero el relato me ha gustado.
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