25/7/12

Acumulaciones, llenados y demás historias.

No he terminado de vaciar las maletas que traje de Malta y he llenado otra en Almuñécar.

El viaje se me hizo menos largo y pesado de lo que esperaba. La culpa, se la hecho a la buena compañía. Espero que no sufriera demasiado con la música, ni con mi voz de fondo destrozando todo lo que sonaba.


 Apenas he hecho la última digestión y ya me he llenado de nuevo.


No sé que tiene la montaña que me atrapa y me desnuda. Nos recibió con el cielo despejado y una temperatura agradable, el adiós fue con el cielo encapotado. En medio los días fueron tranquilos, fugaces, con mucho aroma y sabor.

Me habían hablado tan bien del sitio y de la gente que estaba un poco nerviosa, incluso tenía un poco de miedo, ¿De qué? seguramente de esas cosas que me regala de vez en la inseguridad. Al final, hasta el coche se sentía a gusto, tanto que en una de las salidas parecía que no quería irse, o tal vez fue que no miré bien por el retrovisor. Todo puede ser.


Si tuviera que elegir el mejor momento, no podría. ¿Como elegir cuando no quieres descartar nada?

Sin aterrizar,
he despegado.
Sin despertar
estoy soñando.

Tan cerca,
Tan lejos.


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