Lo reconozco, las primera semana me la he
pasado de bajón. De hecho, me ha pasado algo que no me sucedía desde que era
una niña; estas dos semanas, sobre todo la primera, me han parecido dos
lustros. El primer día, me puse el despertador a las ocho, abrí un ojo y me
vino a la cabeza la playa que teníamos al lado del piso, pero enseguida regresé
al mundo real y me di de bruces contra el colchón, cerré los ojos y me di media
vuelta.
Aproximadamente una semana después de
aterrizar, mandé un mensaje a Txabi, para hacer el reportaje de fotos eróticas
que me había propuesto justo antes de irme de erasmus. Me he pegado toda la
semana nerviosa. Pensando en poses, ropa y quitarme las marcas que me hice un día de excursión con vestido corto
en un autobús sin techo, entre otras. Las que más me rodaban la cabeza, ¿Sabré
hacerlo, me quedaré cortada, muerta de vergüenza y como un pasmarote?
Durante la semana nos fuimos
intercambiando correos, con ideas, sugerencias y dudas. Quedamos un día para contrastar
opiniones, quería y necesitaba quedar para verle la cara y comprobar que me
sentía cómoda.
Por fin llegó el día. Como siempre me
pilló el toro y no hice la mitad de las cosas que tenía pensadas. Me terminé de
depilar tarde, las cejas no me las retoque ni las deje tan finas como tenía
pensado. Pero viendo las tres primeras fotos, pienso que mejor así.
Habíamos quedado a las tres y cuarto. A
las tres y diez estaba haciéndome un cigarro mientras revisaba que llevaba
todo. A las tres y cuarto comencé a mirar cada diez segundos el reloj, sonó el
timbre, y fui corriendo, pero era un muchacho muy atractivo de una ONG, al que
debido a los nervios era incapaz de escuchar. A las tres y veinte me empecé a
impacientar y, con el móvil en la mano, dudaba si mandar un mensaje, tres
minutos más tarde sonó el timbre y esta vez sí era Txabi.
Metimos todo en la furgoneta, durante el
camino hablé un montón de cosas superficiales que ahora mismo no recuerdo,
mientras pensaba en tres cosas a la vez, me pasa siempre que estoy nerviosa.
Decidió meter la furgo directamente en el aparcamiento de la plaza del Pilar.
Por fin llegamos al estudio. Al principio
tuve mis dos minutos de “ ¿Qué hago? qué nervios, qué horror” pero enseguida me puse en mi sitio. “
Empieza por el principio, ¿ No tienes que maquillarte? ¿No tienes que sacar
cosas de la maleta?” Me maquillé y con dos kilos de dudas pregunté
-
¿ Por dónde empezamos?
-
Por donde quieras
-
Por los guantes de boxeo
-
Bien
Me puse los guantes, con tantas dudas que
no cabían en el estudio. Pero poco a poco se fueron disipando y me
fui encontrando más a gusto en el papel. La pregunta clave, sin duda “ ¿Para
qué te has vestido así?” Quizá me la tenía que haber hecho a mi misma una hora
antes.
Aquí dejo el enlace al Flickr de Txabi, el fotógrafo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario