Espejismo...
parecia, amenazaba
con esfumarse
más lejos que ayer.
...pero... todavía respiro.
...realidad
tangible, cumple
y campea
más lejos que mañana.
Bajo las capas, lagrimas lloran. En medio el verde repite. Aquí, otro lugar, dame un cuchillo,
"Solo quería caminar" Julia Nada
voy a quitar, ¡lo que sobra no lo quiero ya! La tortilla de patata, mejor sin piel. Lo sé, no durará, más que el pensamiento que surge con el humo del jardín de la alegría. ¿Y qué? Si... sólo... quiero... dar... ¡ otro paso atrás! para acercarme más. Acercarme-despertarme, alejarme-soñar. No pretendo, ni sere original, grande, especial ¡NO! solo quiero, solamente deseo, como leí una vez ser yo, sin censurarme tanto. Solo busco: un sitio donde luchar después del descanso, un lugar donde reír tras aprender a llorar.
Venía conduciendo, de cenar de casa de Betty, mientras maduraba un par de ideas que hoy se estaban paseando por mi cabeza.
Hasta que punto nos traiciona el subconsciente. Como se meten los miedos y se quedan agazapados. También desde este punto, que fácilmente se pueden borrar lineas divisorias o no se sabe bien en qué punto están trazadas y lo sencillo que resulta, llegado este momento dejar de visualizar el objetivo.
Tengo la costumbre, para evitar la envidia, de que cuando veo algo que me gusta de verdad, lo copio, me da igual expresión, que pensamiento, que combinación de ropa o frase, en este caso ha sido una frase, que a base de repetirla se ha hecho un poco mía. No creo en la propiedad de las cosas, como voy a creer en la propiedad de las personas.
El dibujo es de mi prima, Julia Nada, no dejéis de visitar su flickr, de momento su WEB está en construcción.
Después de varios días rumiando palabras, mientras hacía tareas cotidianas "fuera de casa", hoy lo he hecho en mi habitación. Esto no sirve, lo otro va allá, luego me pongo esta camiseta, aceite, incienso y ventilador, que el calor aprieta.
Hace un rato he ido a airearme mientras masticaba algún pensamiento que regurgitaba, he dejado de vomitar palabras y creo que ahora las saboreo más.
Me he ido a Marlofa, ese camino que cuando era pequeña estaba rodeado de campos y ahora llena un polideportivo con piscinas y bar y casas, una hilera de casas horrendas de ladrillo caravista que llega hasta donde alcanza la vista, he llegado al parque donde nos escondíamos de pequeñas, era mágico ese sitio, ahora da a la carretera y los campos que le daban intimidad han pasado a ser hogares sin familia. Me he dado media vuelta, al pasar por las escuelas, me he acordado de la peña, del recreo que era también el parque del pueblo, con su pista de futlbol de color rojizo y que a base de añadir aulas ( en vez de distribuir bien los espacios que hay vacios) han eliminado. Al pasar por la plaza, la acumulación de seres humanos me ha agobiado, me ha entrado la vena nostalgica y me he dirigido a la miniplaza donde de crias nos juntábamos ( eso sigue casi igual, quitando que han desaparecido los campos), horas muertas haciendo castillos en el aire. Antes he pasado por la calle donde vivía Casimiro, que era el bisabuelo de una antigua amiga ( la vida, aveces une otras separa), también era la calle donde se celebraban las carreras de cintas, yo nunca me llevaba nada. Recuerdo con cariño ese pueblo, al final de la calle donde estaba la acequia esta lleno de "acosados" casi todos vacíos.
¿Quien nos iba a decir que cambiaría tanto todo? ¿Cómo podíamos pensar que el pueblo cambiaría de singular a igual? Por el camino pensaba todo el rato lo mismo, que fácil era entonces, y sin embargo entonces me parecía todo tan complicado, bueno no, perderme en el naranja del atardecer o encontrar figuras en las nubes, no.